Un ojo sin adoctrinar, edición crítica y traducción de nuestra compañera Paula Camacho Roldán

Vie, 04/11/2022 - 09:48
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04/11/2022
Un ojo sin adoctrinar
Un ojo sin adoctrinar

La desaparición de Marjorie Keller a los 43 años no auguraba un prometedor destino para los frutos de su polifacética creatividad, dedicada en cuerpo y alma al cine de vanguardia y experimental, terreno ya de por sí marginal y donde su personalidad política y desprejuiciada defensa de cineastas mal vistos por la férrea ortodoxia feminista del momento —como Marie Menken, Gregory Markopoulos o Stan Brakhage— ya habían orillado sus propuestas en vida.

Tras el tímido pero paulatino rescate de su obra fílmica, era preciso poner de nuevo en circulación —y traducir por primera vez a otros idiomas— su principal aporte teórico, este casi secreto The Untutored Eye, aquí bautizado como Un ojo sin adoctrinar, donde el cine de Jean Cocteau, Joseph Cornell y Stan Brakhage se desmenuza e interrelaciona a partir de sus distintas maneras de poner en escena la infancia. Sólidamente apoyada en la literatura psicoanalítica y cognitiva, Keller rastrea aquí al niño como tema, contenido, imaginario e implicación metafórica, pero en especial como una aparición que el cineasta incorpora y necesita, consciente o inconscientemente, para afirmarse como artista. Se ilumina así al mismo tiempo y con sutilidad, en esta pesquisa también antropológica que vincula a tres tipos de pioneros, una idea de reinvención, de vislumbre de posibilidades —el cine, claro, como infancia del arte— que puede hacernos comprender por qué otros grandes cineastas —Godard, Erice, Kiarostami…—, han recurrido a la inocencia y la generosa imprevisibilidad de los pequeños para transmitir la inquieta aurora de un modo de hacer, de un mundo y un pensamiento nuevos.

«Imagina un ojo aún sin adoctrinar por las leyes de la percepción del hombre, un ojo sin prejuicios ni lógica estructurada, un ojo que no responde al nombre de nada, para el que enfrentarse a cada objeto de la vida supone una gran aventura de la percepción. ¿Cuántos colores ve el bebé gateando en la hierba antes de conocer el “verde”? ¿Cuántos arcoíris puede crear la luz para ese ojo puro? ¿Cómo puede el ojo ser consciente de las variaciones en las ondas de calor? Imagina un mundo vibrante con infinidad de objetos en movimiento e innumerables gamas de colores. Imagina un mundo anterior a “en el principio era el verbo”».

La descripción completa de la publicación puede consultarse aquí.