Fátima Gálvez Aguilar

2008
2013
Dicen que somos la suma de las vivencias que nos vienen, de las personas que nos rodean y de los caminos que elegimos. Vivencias que acontecen desde que llegamos al mundo, personas que encontramos en nuestro día a día y caminos que comenzamos a tomar desde que tenemos uso de razón. Yo tomé la que para toda mi familia fue una loca decisión, la de estudiar en Granada, y hoy me detengo en ese período de tiempo que cambió mi persona, que me hizo madurar, que me enseñó y que tanto me dio, y que ahora recuerdo y que añoro a diario.

Mis cinco años estudiando Filología Inglesa y mis momentos en la ciudad de Granada son sin duda los que a día de hoy me hacen ser lo que soy. Mi personalidad se ha visto perfilada por los amigos que he encontrado, los conocimientos que he adquirido, los autores que me han acompañado y las obras que he devorado. Conocer una segunda lengua no es memorizar su gramática y vocabulario sin más, pues para mí ha sido cada clase, cada examen, cada ensayo, cada análisis, cada profesor, hora libre, cafés, tardes de biblioteca y un largo etcétera que conforman cinco años de felicidad absoluta.

Afortunadamente también tuve la oportunidad de involucrarme en la vida de la facultad al formar parte de la oficina de Relaciones Internacionales de Filosofía y Letras donde conocí a tantísimas personas que entraban y salían y de los que hoy me llevo experiencias y anécdotas maravillosas. Asimismo, disfruté de una estancia Erasmus en la Universidad de Portsmouth (Reino Unido), participé en los programas mentores de nuestra facultad y del CLM y me beneficié de una beca de auxiliar de conversación en la ciudad de Liverpool donde trabajé durante dos años como profesora de español. He aquí donde aprendí a querer a un clima hostil y a valorar mi propia lengua.

Actualmente me encuentro en mi tierra, Córdoba, haciendo lo que más me gusta, enseñar y continúo estudiando. Siempre que puedo me escapo a mis dos lugares favoritos, Granada y Liverpool, pues son parte de mí. Creo que aproveché al máximo cada minuto y hoy doy gracias al camino que elegí porque lo que he vivido en los últimos años, lo que hoy soy y lo que en un mañana seré se lo debo a una decisión loca por la que nadie apostaba.